La UNESCO ha elaborado el primer instrumento normativo mundial sobre la ética de la inteligencia artificial en forma de recomendación. Proyecciones mundiales del sector de las telecomunicaciones en 2021 indican que cerca del 40% de los datos que se estaban generando ocurrían a través de conversaciones entre máquinas.
Dadas estas proyecciones de dispositivos en red, probablemente hoy la mayor parte de información se genere entre máquinas, sin intervención de los humanos. Además, existen muchos laboratorios explorando mecanismos para que la Inteligencia Artificial pueda ser creada por sí misma.
Actualmente, todo lo que sucede en nuestro entorno está determinado por datos y algoritmos que predicen autónomamente nuestra situación socioeconómica, el éxito de nuestros proyectos, nuestra productividad futura o nuestras necesidades de consumo, de allí puede originarse la probabilidad de obtener un crédito para un emprendimiento, las ofertas laborales o las ofertas de comercio electrónico que recibimos.
Con todo esto andando, deben tomarse acciones de manera urgente y profunda. Más allá de declarar que el ser humano es el pilar de la revolución digital, es necesario asegurarse de esto desarrollando programas cortos en competencias digitales y analíticas, sobre todo a nivel de capital humano para las empresas con el fin de compensar la automatización de muchas de las tareas tradicionales. En ese mismo sentido, las empresas deben impulsar, un uso proactivo y responsable de los datos y un diseño abierto y auditable de los algoritmos que rigen sus servicios. Además, se requiere actualizar las reglas y rediseñar la operativa de las instituciones para fortalecer la digitalización de la economía y de la sociedad sustentados en los principios de privacidad, flujos de datos y auditorías de datos y algoritmos.
UNESCO, por su mandato de promover el desarrollo de la ciencia y la tecnología desde enfoques éticos, humanos y de derechos, desarrolló y gestionó el apoyo político en materia de Inteligencia Artificial y Ética; para ello elaboró la normativa que fue aprobada por los 193 estados miembros en su Conferencia General a finales de 2021. Esta normativa contempla todas las etapas del ciclo de vida de la Inteligencia Artificial: investigación, diseño y desarrollo, implementación, evaluación, e incluso, su terminación. Para ello, parte de una serie de preguntas que toda institución debería hacerse al embarcarse en el apasionante mundo de la Inteligencia Artificial e incorpora compromisos claros y explícitos en el manejo de los datos, derecho a control y conocimiento; auditoría de algoritmos, prohibición de uso para control y social scoring, sostenibilidad medioambiental, considerándose, muy probablemente, el marco internacional en materia de Inteligencia Artificial más preciso que existe en la actualidad, con un capital político inédito.
UNESCO ha definido los países iberoamericanos que iniciarán la implementación de su normativa, los seleccionados serán evaluados por sus pares y compartirán entre pares sus prácticas. Para empezar, Colombia ha sido el país pionero mundialmente en implementarlo con el apoyo y liderazgo de la Consejería Presidencial de Transformación Digital y el Ministerio de la Tecnología de Información y Comunicaciones, en este momento, esta planificado lanzar una red de empresas amiga para fortalecer la Inteligencia Artificial con firmas lideres en Iberoamérica en los sectores de tecnología y telecomunicaciones, servicios financieros, intermediación laboral y recursos humanos y seguros, donde la Inteligencia Artificial tiene muchísimo que aportar si se implementa con propósito y responsabilidad.
Los beneficios de la Inteligencia Artificial probablemente aun no hayan sido dimensionados, las posibilidades de reducción de pobreza, bancarización, formalización laboral y emprendimiento o consumo abiertas podrían permitir a Latinoamérica dar un salto de desarrollo de décadas en años; generando una oportunidad inédita de desarrollo, crecimiento e inclusión.
Fuente: Newtech Solutions Group
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