Mastercard lanzará una tecnología biométrica para poder pagar con identificación facial y estiman que su implementación mundial iniciará a finales de este año.

Hay un claro avance hacia un futuro libre de contraseñas a medida que los clientes son cada vez más conscientes de cómo puede facilitar sus transacciones la biometría. En un mundo donde incluso las tarjetas de crédito están quedando obsoletas, soluciones de pago como la biometría no son innovación del futuro, sino deben consolidarse ya.

Como sistema de identificación de personas, la biometría es un método de verificación cómodo, rápido y cada vez más seguro. Las posibilidades de aplicación crecen a medida que los sistemas se perfeccionan, y hoy la biometría vinculada a los pagos está bien implantada, si bien no del todo popularizada.

Los diversos modos de identificación biométrica avanzan al ritmo que pautan los fabricantes de hardware y software, como es el caso de los smartphones. Otra característica importante a tener en cuenta es la adopción de cada uno de los sistemas, la familiarización entre los consumidores y el nivel de confianza que les provoca.

En el caso de Mastercard, comenzó hace años a interesarse por esta tecnología a través de su Mastercard Identity Check. Ahora, su iniciativa más reciente se encuentra en fase de pruebas, con una nueva tecnología que permitiría a los compradores aplicar pagos tan solo con la identificación de su rostro. El proyecto consiste en un programa para que el retail ofrezca sistemas de pago biométricos, como el escáner de huellas dactilares y el reconocimiento facial donde una vez finalizada la compra, los usuarios autentiquen el pago mostrando su mano o su dedo en lugar de sacar la tarjeta. Este desarrollo se ha implementado de forma piloto en algunos supermercados en Brasil, con el objetivo propagarlo a nivel global a finales de 2022.  De ser así, se proyecta que cerca de 1.400 millones de usuarios se sirvan de esta tecnología para realizar sus pagos de cara a 2025.

¿Cómo funcionará?

El funcionamiento es simple, similar a como actualmente se utiliza el Face Id en el celular:

  • Para registrarse, el usuario debe hacerse una “selfie” o escanear su huella dactilar con una app (bien a través del móvil o en la propia terminal de pago). 
  • Posteriormente, se agrega la tarjeta de crédito MasterCard, que a partir de ahora estará vinculada a esos datos biométricos.

De cara a la empresa que integrase esta tecnología, el principal beneficio es que la función se puede integrar con programas de fidelización y recomendaciones personalizadas para el consumidor.

Aunque el uso de información biométrica para pagos genera una serie de preocupaciones sobre la privacidad y cómo se recopilan los datos, MasterCard explica que, cuando el usuario se inscribe, el “escaneo facial” o de su huella dactilar se reemplaza con un “token”, una cadena aleatoria de caracteres alfanuméricos, y posteriormente se vincula a su tarjeta.

Fuente: Newtech Solutions Group

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